La situación por el Covid-19 ha terminado generando un antes y después en este 2020. Pese a que se pueden enumerar una buena cantidad de elementos negativos, en esta oportunidad se mencionan 4 cosas que la pandemia por Covid-19 ha terminado enseñando sobre Internet e infraestructura de redes.
El texto original, publicado por el blog de Network Computing, comienza revelando una cifra significativa solo en Estados Unidos: 9 de cada 10 adultos se han vuelto dependientes de Internet. Es decir, se ha vuelto una herramienta esencial o importante para ellos durante la crisis.
Entre todos los matices que podría dar esta noticia, se rescata el criterio vívido de cómo funcionan las redes digitales bajo un estrés extremo. Este conocimiento terminará aplicándose a través del tiempo y ya se prevé que tenga implicaciones duraderas para la forma en que se construye y administra la infraestructura después de que la emergencia haya disminuido.
En el blog también hacen cuatro observaciones generales que en Cynersis Chile hemos querido compilar:
1) Internet ha demostrado ser notablemente resistente
El aumento en tráfico de red es indudable. Muchos proveedores de telecomunicaciones dicen que el tráfico al menos se ha duplicado y el motivo es fácil de deducir: millones de usuarios confinados en casa se reúnen y hacen labores en línea. El récord de crecimiento de usuarios en servicios como Zoom y Slack es una pequeña muestra de ello.
Pese a fallas ocasionales como una cara congelada en una reunión y velocidades ligeramente más lentas, Internet se ha mantenido bien.
Esto sugiere que si bien hay siempre margen para mejorar, es necesario seguir modernizando la infraestructura de banda ancha de cualquier país, aunque la red troncal de Internet es esencialmente sólida.
2) Los sistemas y equipos de TI de la empresa están bajo presión
La repentina afluencia de trabajadores remotos ha obligado a las organizaciones a enfrentar un nuevo y complejo desafío que se mantendrá mucho tiempo, incluso después de la pandemia. Esto es de cómo mantenerlos conectados y productivos mientras se garantiza la continuidad y seguridad del negocio.
Los servidores VPN configurados tradicionalmente no fueron diseñados para tanto tráfico y se han visto fácilmente abrumados. Mientras tanto, las redes domésticas que utilizan enrutadores Wi-Fi de consumo carecen de la seguridad robusta en una red empresarial.
Esto hace que las organizaciones se esfuercen por encontrar formas de garantizar el rendimiento y la seguridad al tiempo que puedan escalar rápidamente para admitir patrones de tráfico en constante cambio y una creciente fuerza de trabajo remota en expansión.
El papel de las empresas en este nuevo escenario es de ser proactivos para abordar estos desafíos de manera rápida y eficiente, con estrategias integrales para proporcionar la misma facilidad de uso y administración, confiabilidad y seguridad de la red que cuando consistía en una sede y unas pocas sucursales en lugar de miles de personas en diferentes ubicaciones.
Según una encuesta de Gartner, casi las tres cuartas partes de los CFO y líderes financieros planean trasladar al menos el 5 por ciento de su fuerza laboral anterior en el sitio a puestos remotos.
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3) La nube nunca ha sido más crítica
Con la situación por la pandemia se acelerará la adopción de infraestructura y servicios en la nube. A medida que la nube se vuelva cada vez más integral, será crucial para las empresas reducir la complejidad y los gastos operativos de construir y administrar nubes privadas, públicas e híbridas.
Como resultado, fácilmente se puede pronosticar un apetito creciente por las capacidades avanzadas de la nube como la orquestación dinámica y la automatización, que permiten a las organizaciones y proveedores de servicios diseñar y operar infraestructuras multicloud más escalables, eficientes y flexibles, con menos operadores humanos.
4) La infraestructura deberá ser autónoma
No importa cómo se le conozca, el concepto de redes que se puedan observar, aprender y responder automáticamente a las condiciones cambiantes ha sido una visión entre los informáticos durante años.
Las empresas confían cada vez más en esas capacidades para simplificar la infraestructura de red, y esto solo ha cobrado importancia a medida que se piden más de las redes digitales sin poder esperar que los equipos de TI que ya están limitados aborden manualmente cada problema de rendimiento que surja.
Por ejemplo, es posible obtener constantemente datos de rendimiento de todos los sistemas a través de la infraestructura y usar inteligencia artificial y aprendizaje automático para examinar cómo se comporta todo y recomendar o incluso tomar medidas automáticamente (por ejemplo, reiniciar un servidor DHCP).
Estos meses del 2020 han ilustrado vívidamente el valor de las redes autónomas que pueden capturar y analizar datos y usar la automatización para adaptarse a las condiciones cambiantes, con la menor intervención humana posible.
Internet puede tener más de 50 años, pero se puede terminar mirando hacia atrás con la pandemia por Covid-19 como el momento en que realmente creció. La situación por el virus ha dado a Internet su mayor prueba de esfuerzo hasta la fecha e impulsó los enfoques que servirán a la infraestructura de red en el futuro.