En tiempos de teletrabajo o homeoffice, la productividad termina siendo un punto álgido debido a lo difícil que es mantenerla en un espacio donde existen con facilidad distracciones.
Por ello vale rescatar esta guía de recomendaciones que terminan siendo claves para mantener la productividad durante jornadas de teletrabajo. Si se enumeran, serían 10:
Levantarse temprano
Parece una tarea titánica pero un día puede programarse mejor al levantarse temprano. Comenzar antes o instalarse con antelación permite evitar distracciones y concentrarse en las actividades sin problemas. Parece poco pero esos minutos se terminan transformando (o ganando) al final del día.
Planificar jornada
Saber exactamente a qué se va permite sacar mejor provecho a las actividades del día. Organizar una agenda permite priorizar mejor los pendientes y avanzar con temas que realmente puedan importar.
Crear una rutina de esta manera permitirá mejorar la visión global de las tareas lo que se traduce en anticipar mucho mejor reuniones difíciles e identificar lo necesario para mejorar el desempeño.
Abordar primero lo más difícil
Dentro de la jornada lo que termine siendo más arduo o complejo, si se enfrenta de primero habrá más alivio para lo siguiente, mejorará la concentración y se podrá superar con más energía y mejor enfoque.
Un tema a la vez
Tras la planificación y la priorización de las tareas, lo esencial es abordar un asunto a la vez y no tomar el camino de las multitareas. Es permitirá tener la capacidad para dedicar el tiempo correspondiente y solventar sin más preocupaciones.
Dar tiempo al descanso
En esos espacios en blanco que pudiese haber en la agenda, no hay que olvidar el descanso. Sea para el cuerpo o la mente es necesario recargar energías y esto se logra distrayéndose del estrés que puede producir el trabajo.
Un café, leer periódico, tomar aire o conversar con alguien, puede servir para esto. La idea es no abusar de este tiempo para evitar distracciones.
También hay que decir que no
Es algo que hay que aprender a decir: no. Hay algunas tareas o actividades que pueden terminar perjudicando la agenda cuando muchas veces no hacía falta aceptarlas. Es importante entonces confiar en el sentido común y saber cuál elegir de acuerdo a sus beneficios.
Ordena espacio laboral
El espacio de trabajo termina siendo un lugar esencial que debe ser revisado tanto en su espacio físico como virtual. Es decir, tanto la computadora, su sistema operativo y sus programas, así como el escritorio, el asiento y otros enseres deben ser revisados para que no terminen molestando a la larga.
Tener que buscar dentro de un desorden se traduce en tiempo perdido que pudo haberse invertido en una actividad. El propósito principal entonces es facilitar el desempeño e incluso -de ser posible- estimular la creatividad.
Establecer horarios
A menos que sea una emergencia, las respuestas a través de artefactos eléctricos y de comunicación deben tener horarios para que no terminen perjudicando no solo otras áreas de la vida fuera de la laboral sino la eficiencia dentro de ella.
Establecer e informar de los horarios termina entonces siendo necesario.
Dividir grandes tareas en más pequeñas
Porque no todo tiene que ser resuelto necesariamente en un solo día, priorizar actividades puede ayudar a reducir el estrés y a mejorar las metas con mayor rapidez. Al separar en otras subactividades más sencillas y cortas se puede organizar y resolver mejor todo.
Delegar cuando sea necesario
A veces aquellas actividades o tareas que necesitan tiempo y no generen ganancias muchas veces tienen una respuesta más fácil al delegarla con alguien con más experiencia, más tiempo o con mejor óptica del asunto. Al final no es verlo como un gasto sino como una inversión.
Aquellas tareas que no te generen ganancias o que sólo te quiten tiempo delégaselas a alguien de tu equipo o contrata servicios de outsourcing. No lo veas como un gasto, sino como una inversión.